jueves, 16 de octubre de 2008

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REPENSANDO LA PLANEACIÓN ESTRATÉGICA PARTE 1: RIESGOS Y FALACIAS.

Henry Mintzberg

Igor Ansoff (1980) gran teórico de la estrategia identifica la aparición de la Planeación Estratégica con la década de 1960 y la asocia a los cambios en los impulsos y capacidades estratégicas.

Sallenave (1991) afirma que “La Planificación Estratégica es un proceso por el cual los dirigentes ordenan sus objetivos y sus acciones en el tiempo”. Por otro lado también deja entrever que no es un dominio de la alta gerencia, sino un proceso de comunicación y de determinación de decisiones en el cual intervienen todos los niveles estratégicos de la empresa.

A pesar de que la planeación estratégica surge con gran fuerza, a lo largo de las décadas ha declinado y a su alrededor han surgido peligros, riesgos y errores.

Cuando Mitzberg define a la planeación como “un procedimiento formal para formular resultados articulados, en la forma de un sistema articulado de decisiones”, señala dos peligros: la ausencia de apoyo a la planeación por parte de la alta dirección y un “clima” en la organización no acorde con la misma.

Riesgos de la planeación estratégica.

El riesgo del compromiso: hay que revisar no sólo si la administración se compromete con la planeación, sino si la planeación se compromete con la administración, si el compromiso con la planeación genera un compromiso con las estrategias y con el proceso de la elaboración de estrategias de planeación y si la propia naturaleza de la planeación favorece por sí misma el compromiso administrativo. La planeación debe generar el compromiso social.

El riesgo del cambio: un clima adecuado a la planeación debe favorecer el cambio verdadero de una organización. La planeación estratégica tiene por finalidad producir cambios profundos en los mercados de la organización y en la cultura interna, con una visión a largo plazo, a mediano y a corto plazo.

El riesgo de la política: la planeación hace su parte para producir determinadas actividades políticas, en tanto que otras actividades políticas contribuyen para promover un cambio progresivo en las organizaciones.

Falacias de la planeación estratégica.

El error de la predeterminación: Mintzberg expresa que para comprometerse con la planeación, una organización requiere ser capaz de controlar su ambiente, de predecir su curso y de asumir su estabilidad.

El error de la separación: es a través de los sistemas administrativos que la planeación y las políticas se hacen posibles, pero existe la tendencia a trabajar en forma separada los administradores de los planificadores. Es común encontrar ejecutivos elaborando estrategias desde un escritorio, separados de una realidad concreta, siendo difícil vincular estrategias y tácticas.

La elaboración de estrategias es un proceso visionario y de aprendizaje, pero la visión será inaccesible para quien no puede “ver” al mundo tal como es. La elaboración de estrategias conecta el hacer con el pensar, vinculando la instrumentación con la formulación.
Para Mintzberg la falacia va más allá “es la falla en la misma separación entre formulación y la instrumentación, entre el pensar y el hacer”. Sin embargo también habla de crear una estrategia viable: hacer a un lado en forma conjunta la frase planeación estratégica y hablar en su lugar acerca del pensamiento estratégico conectado con la acción.

La falacia de la formación: la elaboración de estrategias es un proceso sumamente complejo que involucra lo más sofisticado, sutil y subconsciente de los procesos humanos cognitivos y sociales.
La formación de estrategias requiere todo tipo de suministros de información.

La falla de la planeación estratégica es la falla de la formalización. Es la falla de la previsión, de predecir discontinuidades, de programar para promover creatividad y de suplir los datos duros por los suaves. Los sistemas no han logrado ofrecer mejores medios para manejar el gran cúmulo de información.

La gran falacia de la planeación estratégica: El autor concluye diciendo que “la planeación estratégica nunca ha sido una elaboración de estrategias”, y que debió haber sido llamada “programación estratégica”.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Mintzberg, Henry (1994). Repensando la planeación estratégica parte 1: riesgos y falacias. En Long Range Planning, (27) (3), Gran Bretaña, pp.12-21

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